Es otro día
Que quiere caerte como bloque
Y tú haces el gesto porque lo ves venir
Y alargas las manos mientras vas pensando
Es otro día
Que ya no es uno más
Es el día en que el bloque se hace bloque
Lo ves venir
Y saboreas hacer el gesto
Y piensas
Tienes por un instante
Su color
El polvillo el olor la caída
Y el asunto del mediodía y de la noche se espuman
Y estás en tu presente en el que mover un dedo se hace milagro
Y pestañear hace cosquillas
Y la panza se infla y la agitas un poco y con el dedo gordo te sacas la mugre
-y una voz de infancia habla señalando, nombrando la pilatuna-
Y ríes desde el acordeón bajo el pecho
Bajo la bóveda del plexo
-templo de memorias indescifrables-
El café convoca a la nariz al festín
Y el hambre nace
Giras y evitas mirar el círculo numérico, dios de tus andares
Más ya te late aquí dentro
Por la nuca una mano cual chispazo
Y te sientas al borde
Y el ladrillo te espera
Ya en la mesa
Lo miras
Mientras bebes el café
Y piensas
– una pregunta que no dices en voz alta
que te guardas –
Y sonríes
Y acabas
Y a tempo de aliento lo tomas en tus brazos cálidos,
serenos, cansados y aun dispuestos
A tu bloque más bloque aun hoy
Y al cerrar la puerta
El café llevas en la lengua
Y el viento huele a ocre
De caballo perdido a los doce
Lorena Terán