
La experiencia del encuentro por Fabrice Luchini
FL: Fabrice Luchini / E: Entrevistador
FL: Prefiero la frase de Nietzsche: “Quisiera que su prójimo se les hiciera insoportable, para que comprendan quién es su amigo al interior de ustedes mismos”. “No les enseño el amor del prójimo”, decía Nietzsche, “sino el amor del más lejano”. “Quisiera que la presencia del prójimo se les hiciera insoportable, para que comprendan quién es su amigo”, esta una mitología moderna increíble, no hay pensamiento serio si no hay soledad. No hay pensamiento incluso si adoramos estar juntos para frotar nuestros cerebros y hacernos la paja para tranquilizarnos. Pero nuestra condición metafísica es estar solos. En fin, no quiero emplear grandes palabras.¿Qué es esto de encontrarse juntos? Hace falta encontrarse con uno mismo, ¿no cree?
E: Tal vez, sí…
FL: Yo creo que vale más encontrarse consigo mismo, porque uno no puede dar testimonio de cosas apasionantes si no ha entrado en su propio caos. Después usted puede dar testimonio de algo. Pero si es para hacerse la paja, ir siempre juntos a reuniones (…) todo eso es, bueno, agradable, en fin, sí, es embriagador, ¿por qué no?
E: En eso estamos de acuerdo, Fabrice Luchini…
FL: Sí, entonces, eso es la maravilla, es a la vez, ahí, es ahí donde Spinoza o incluso un filósofo que conozco muy mal, Levinas [dice]: el otro es maravilloso. No se trata de privarse del milagro, como dice Levinas, del otro. Pero para estar con el otro hace falta haber comprendido cosas en sí mismo. Si no has comprendido nada en ti, si, como dice Simone Weil, no te has elucidado, en lo más mínimo, ¿qué vas a comprender del otro? No comprenderás del otro sino aquello que has comprendido vagamente de ti. [Luchini se ha emocionado y ha elevado el tono de voz] No tengo porqué alterarme.
Tratemos de ser muy claros. No puedo disfrutar al otro si no siento empatía; para sentir empatía hace falta que lo comprenda. Para comprenderlo, en su sentido primario (llevarlo consigo), es necesario que comprenda cosas en mí para que eso que él es resuene en mí. Y para que resuene en mí como un instrumento musical, tengo que pegarme aún más a lo que soy, que es lamentable, mediocre, caótico, inconsecuente, pero mientras no tengas un atisbo inicial de elucidación de lo que eres, ¿qué vas a recibir del otro? No vas a comprender nada del otro porque para comprender al otro y comprenderlo bien, es necesario haberse comp… tratemos de ser muy concretos en este punto. No vas a sentir simpatía por el otro hasta que no hayas aceptado simpatizar contigo. Una simpatía verdadera, no una relación mundana, ¿no? Eso es otra cosa, es una embriaguez, es interesante, por otra parte, Deleuze decía, “los personajes de Proust son apasionantes, nunca hablan de ellos mismos, no ostentan esa vulgaridad”. Adoro esa frase. Uno tiene derecho a ser un mundano, ¿no?, todos conocemos algún mundano. Qué raza graciosa, los mundanos. Tienen cenas todas las noches, se hacen la paja, dicen las mismas pendejadas, yo también, ¿ah?, no soy mejor que ellos. Decir pendejadas con los otros, ver Compléments d’enquête o Faites entrer l’accusé[1], yo… qué locura ¿no?, por la noche prendo el televisor y me fascinan los programas de crimen, ¿ah? Es una droga delirante, me clavo una hora y media todos los días a ver Ênquetes no Exclusives[2] sino… ¿ves?, todas las cosas son (…)[3] siempre hay un drama, el último, ayer, mataron siete personas en una nevera, ¿ves?, es, pues bueno, yo no soy mejor que un mundano, él tiene razón, no me voy a poner a juzgar. Lo que puedo decir modestamente es que mi afecto por el otro no puede no depender de aquello que he aceptado amar un poco en mí. Porque si no me conozco para nada y si no sé quién soy, voy a estar en tal estado de incertidumbres, de no-presencia, que no voy a ver nada en el otro, pues voy a ver en el otro, ahí la frase de Nietzsche es admirable, admirable, no voy a ver en el otro más que una confirmación de mí. Lo voy a utilizar, a instrumentalizar para hacer de él un espectador y no un encuentro.
En nuestro caso hay una trampa: usted es entrevistador, yo soy entrevistado. No pasaremos tres horas así, o sino usted tendría que ser una mujer y ser seductora. Usted es un hombre guapo pero para mí no es una mujer, lo que quiero decir es que cuando las personas dicen “pero yo no puedo vivir sin los otros”, pues claro, todo somos iguales, pero no digas eso. Di que necesitas ecos de ti y que utilizas al otro como espectador. Lo reduces. Eso no es una relación, eso va en un solo sentido. Acabas de triturarle… hay una palabra, la frase de Nietzsche, él lo escribe muy muy bien: vas a buscar al otro solamente para confirmarte en lo que eres y en su error, y utilizas su sol para calentarte bajo su error. Así que no creas que las personas que dicen la frase banal: “(…)[4] a mí me interesa el encuentro con los otros”. Huevón, no hay encuentro con los otros, todos desearíamos no encontrarnos. Quien sabe quién tendría la pretensión de pensar que su pequeño yo es tratable. Nadie. Qué es más terrible que estar consigo mismo.
El hombre se aburre y la ignorancia lo acompaña desde su nacimiento, decía Claudel. Uno se aburre, uno está mal consigo mismo, uno no sabe, uno no comprende nada, uno es caótico, contradictorio, mierdoso. Encontrarse a uno mismo es una mierda. Al mismo tiempo, si no te encuentras, pues, no puedes comprender mucho de los otros.
[1] Programas de televisión francesa sobre delitos.
[2] Ênquetes exclusives. Programa de televisión francesa sobre delitos.
[3] No comprensible.
[4] No comprensible.
Interview en français / Entrevista en francés
Transcription de l’interview en français / Transcripción de la entrevista en francés
FL : Fabrice Luchini / I : Intervieweur
FL : Je préfère la phrase de Nietzsche: « je voudrais que votre prochain vous devienne insupportable pour que vous compreniez qui est votre ami à l’intérieur de vous.»
« Je ne vous enseigne pas l‘amour du prochain, disait Nietzche, mais l’amour du plus lointain. »
« Je voudrais que la présence du prochain vous devienne insupportable pour que vous compreniez qui est votre ami», c’est une mythologie moderne incroyable, il n’y a pas de pensée sérieuse s’il n’y a pas de solitude. Il n’y a pas de pensées même si on adore être ensemble pour frotter nos cervelles et se branlotter pour se rassurer. Mais notre condition métaphysique, elle est d’être seule. Enfin, je ne veux pas employer des grands mots, ah ?
Qu’est-ce que c’est que cette chose de se retrouver ensemble ?
Il faut se retrouver avec soi, vous ne pensez-pas ?
I : Peut-être, oui…
FL : Moi je pense qu’il vaut mieux se retrouver avec soi parce que vous ne pouvez témoigner de choses passionnantes que si vous êtes rentrés dans votre chaos. Après vous pouvez témoigner de quelque chose. Mais si c’est pour se branler, aller toujours ensemble dans de meetings (…)[1] tout ça c’est de la, bon, c’est agréable, en fin, oui, c’est une ivresse, pourquoi pas ?
I : Là nous sommes ensemble, Fabrice Luchini…
FL : Oui, alors, ça c’est la merveille, c’est à la fois, là, c’est là ou Spinoza ou même un philosophe que je connais très mal, Levinas, c’est merveilleux l’autre. Il n’est pas question de se priver du miracle, comme dit Levinas, de l’autre. Mais pour être avec l’autre, il faut avoir compris des choses en soi. Si tu n’as rien compris en toi, si, comme dis Simone Weil, tu ne t’es pas élucidé, un minimum, qu’est-ce que tu vas comprendre de l’autre ? Tu ne comprendras de l’autre que ce que tu as vaguement compris de toi. Je n’ai aucune raison de m’énerver.
Essayons d’être très clair. Je ne peux jouir de l’autre qu’en ayant de l’empathie, pour avoir de l’empathie il faut que je le comprenne. Pour le comprendre, au sens premier (le prendre avec), il faut que je comprenne des choses en moi pour que ce qu’il est résonne en moi.
Et pour que ça résonne en moi comme un instrument musical, il faut quand même que je m’y sois colleté à ce que je suis, qui est minable, médiocre, chaotique, inconséquent, mais tant que tu n’as pas un début d’élucidation de ce que tu es, qu’est-ce que tu vas recevoir de l’autre?
Tu ne vas rien comprendre de l’autre parce que pour comprendre l’autre et bien il faut avoir com… essayons d’être très concrètes là-dessus. Tu n’as de sympathie avec l’autre que ce que tu as accepté de sympathie avec toi. Une véritable sympathie, pas une relation mondaine, ah ? Ça c’est autre chose, ça c’est une ivresse, c’est intéressant, d’ailleurs Deleuze disait, les personnages de Proust sont passionnants ils ne parlent jamais d’eux même, ils n’ont pas cette vulgarité-là. J’adore cette phrase. On a le droit d’être un mondain, ah ?, on connaît tous des mondains. C’est une drôle de race les mondains. Ils ont des dîners tous les soirs, ils se branlent, ils disent les mêmes conneries, et moi aussi, ah ?, moi je ne suis pas mieux qu’eux. Dire des conneries avec des autres, regarder Compléments d’enquête ou Faites entrer l’accusé, moi j’suis… absolument débile, ah ?, le soir j’ouvre la télé et j’aime énormément les affaires de crime, ah ? C’est une drogue délirant, je me tape une heure et demie tous les jours de enquêtes pas exclusives mais, tu vois, toutes les trucs sont (…)[2] où il y a toujours de drame, là le dernier hier, c’est qu’ils ont tué sept personnes dans un frigidaire, tu vois, c’est, bon donc, je ne suis pas mieux qu’un mondain, il a raison, je ne vais pas me mettre à juger.
Ce que je peux dire modestement, c’est : mon affection pour l’autre ne peut pas ne pas dépendre de ce que j’ai accepté d’aimer un peu en moi.
Car si je ne connais rien du tout de moi et si je ne sais pas qui je suis, je vais être dans un tel état d’incertitudes, de non présence, que je ne vais rien voir dans l’autre, car je vais voir dans l’autre, ça la phrase de Nietzsche est admirable, admirable, je ne vais voir dans l’autre qu’une confirmation de moi. Je vais l’utiliser, l’instrumentaliser pour en faire un spectateur et non pas une rencontre.
Là le truc est piégé, vous êtes intervieweur je suis interviewé. On ne passera pas trois heures comme ça, ou alors il faudrait que vous soyez une femme et que soyez séduisante. Vous êtes un bel homme mais vous n’êtes pas une femme pour moi, c’est que je veux dire c’est que quand le gens dissent «mais moi je ne peux pas vivre sans les autres»,mais bien sûr, on est tous pareil, sauf que ne dis pas ça. Dis que t’as besoin d’échos de toi et que tu utilises l’autre comme un spectateur. Tu le réduis. Ce n’est pas un rapport, ça va en sens unique. Tu viens de lui broyer des elem… on a un mot, la phrase de Nietzsche, il l’écrit très très bien, tu vas chercher l’autre uniquement pour te confirmer dans ce que tu es et dans son erreur et tu utilises son soleil pour te chauffer à son erreur.
Donc ne croyais pas que les gens qui disent la phrase banale : «Je ne m’intéresse pas moi, non moi moi moi je ne m’intéresse pas ils m’intéressent (…)[3] les autres, c’est la rencontre avec les autres».
Couillon, il n’y a pas de rencontre avec les autres, on aimerait tous ne pas se rencontrer.
Qui sait qui aurait la prétention de penser que son petit moi est praticable, personne.
Qu’est-ce qu’il y a de plus pénible que d’être avec soi-même, ah ?
L’homme s’ennuie et l’ignorance lui est attachée depuis sa naissance, disait Claudel.
On s’ennuie, on est mal avec nous, on ne sait pas, on y comprend rien, on est chaotique, contradictoire, on est merdique.
C’est un paquet de merde de rencontrer son moi.
En même temps, si tu ne le rencontres pas du tout, et ben, tu ne peux pas comprendre beaucoup des autres.
[1] Pas compréhensible.
[2] Pas compréhensible.
[3] Pas compréhensible.
Gracias
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